Cuando por fin terminas un texto sueñas, inevitablemente, con verlo publicado a ser posible en un buen sello editorial, así que te decides a enviarlo a editoriales para encontrarle una buena casa a tu libro que tanto esfuerzo te ha costado crear. Lo primero es hacer una buena prospección para enviar el texto solo a aquellos sellos que tengan una línea editorial en la que encaje nuestra creación. Una vez enviado solo queda esperar. La mayor parte de editoriales te dicen que te darán respuesta «entre 6 meses y 1 año» con lo que hay que armarse de paciencia y seguir escribiendo, no queda más. Pero, por más mentalizado que uno esté, no se puede evitar revisar en correo cada día a ver si hay noticias (especialmente el spam, no sea que se cuele ahí). Y, por fin, un día las noticias llegan pero no son exactamente las que se esperaban ¿o tal vez sí? La editorial de nuestros sueños, con mucha educación y un correo plantilla nos dice:
Estimada autora:
muchas gracias. La obra no encaja en nuestros actuales criterios editoriales. Lo sentimos
Reiteramos nuestra gratitud
saludos
Editora
Sí, nos habíamos repetido mil veces que nos iban a rechazar, que a J. K. Rowling la rechazaron en 10 editoriales y mira Harry Potter, y bla, bla, bla, que Cien años de Soledad también, y bla, bla, bla, pero cuando es tu novela y te enfrentas a este rechazo, cuando alguien te dice fríamente y sin una mínima explicación que la novela no encaja, en ese momento no te acuerdas de nada ni de nadie, tan solo te enfrentas a un par de líneas que ponen fin a tu sueño de publicar.
Inocente de mí, yo quise saber por qué rechazaban el libro y le pregunté a la editorial y me respondieron esto:
Hola, autora
Pues me temo que no nos está permitido dar esa información, lo siento…
Un saludo,
Editora
Vamos, que no encaja sin más, es cuestión de tamaño nada más. ¡Y yo preocupada!
El rechazo duele, es lo que hay, por muy mentalizado que uno esté de que esa va a ser la respuesta al verla te sientes mal y no te reconforta nada ni nadie. Por suerte quedan muchas más puertas a las que llamar y el rechazo, en gran medida viene dado porque mi nombre no es igual a grandes ventas, no soy rentable, y, por mucho amor al arte que yo le ponga, la realidad es que esto es un negocio.
Por eso, por mi amor al arte y porque no sería yo sino escribiese seguiré adelante luchando por mi sueño. Tal vez algún día podré ilustrar como ejemplo la de veces que me rechazaron…
¿Y vosotros, cómo lleváis el rechazo?
¡Feliz fin de semana y felices lecturas!