El negocio de los libros

En la semana de los libros por excelencia, no vengo especialmente optimista a hablaros de ellos, no os voy a mentir. Hoy vengo a reflexionar sobre algo que es una realidad y que, tal vez porque la ilusión me ha cegado o porque no lo he querido asumir antes: los libros, en su mayoría, solo son un producto más, puro negocio donde la cultura y la calidad literaria no tienen cabida.

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Para mí escribir un libro es algo importante y muy serio. Soy una gran amante de la buena literatura desde siempre, lectora empedernida, y, por lo tanto, escribir un libro conlleva una gran responsabilidad. La planificación inicial de la historia, los personajes, las tramas secundarias, el vocabulario, etc., todo ese trabajo lo hago con la mayor dedicación, ilusionada por la magia de la creación y, al terminarla no puedo evitar sentir la ilusión de encontrarle una editorial que apueste por mi libro para que llegue a los lectores. Ya no pienso en ningún beneficio económico (porque es absurdo tal como está montado el mercado, el autor no vivirá de escribir, es así), pero un mínimo de apoyo, una oportunidad para que la gente lea mi texto, si tiene la calidad suficiente.

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Pero las oportunidades no abundan, son escasas y muy difíciles de conseguir. «Bueno, no pasa nada» me digo con resignación «es normal porque no eres una escritora conocida, es cuestión de tiempo» me convenzo, mientras veo las novedades literarias de mi librería favorita, aunque sé que no es cierto. Ese tipo de oportunidades son para otro tipo de perfil y en las últimas semanas lo he visto claro.

En estos días no dejo de conocer las historias de algunos «personajes populares» que publican libros y arrasan en ventas, personajes que nada tienen que ver con las letras (youtubers, cantantes, personajillos del corazón…) y cuyos textos no han partido de una propuesta propia, si no que ha sido la editorial la que ha contactado con ellos para ofrecerles «escribir» y publicar algo que sus seguidores compren sin más, porque es suyo, sin pensar en la calidad que pueda tener ese texto o no tener. El libro como producto sin más, como objeto, como quién saca un perfume con el nombre de un cantante, algo que se va a vender que es lo importante.

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Y esa es la oportunidad que no se ofrece a los escritores que no son personajes conocidos, que no arrasan en redes y tienen miles de seguidores. La editorial busca a la persona que va a vender un montón de libros la que hará que ganen un montón de dinero, que de eso se trata al final, de ganar pasta. Elegido el personaje, el libro ya llegará.

Ante esta situación, siento que tanto esfuerzo, tanto trabajo que dedicamos los que escribimos por vocación y por amor al arte, no tiene más recompensa que nuestra satisfacción personal, pero el esfuerzo es tan enorme y el tiempo robado a otras áreas de nuestra vida tan grande, que hace que me replantee las cosas.

Personalmente tengo muchas historias que contar, muchos proyectos empezados, muchos sueños literarios por cumplir y, en general, las ganas para llevarlos a cabo, pero no puedo evitar preguntarme si la decepción que siento al ver cómo está el mercado literario actualmente hará que me rinda.

De cualquier forma, creo que de momento seguiré luchando.

Feliz fin de semana y nunca dejemos de apostar por la buena literatura más allá de los productos comerciales, demostremos al mercado que los lectores sabemos elegir.

 

Planificando la novela (I): La entrevista al personaje

Los personajes son sin duda una de las piezas básicas a la hora de narrar una historia y, es por este motivo que, a más los conozcamos mejor será nuestra historia porque ganará en verosimilitud. Nuestros personajes han de ser personas de carne y hueso, con su pasado, sus características propias, sus motivaciones, sus objetivos, sus sueños… friends-reunion-2016

Para mí los personajes de la serie Friends son un claro ejemplo de esa definición inicial muy detallada porque uno de los secretos de su éxito fue mantener la esencia de todos los protagonistas del principio al final de la serie.

Si los definimos muy bien de entrada no les veremos hacer cosas incoherentes a lo largo de la historia. Para ello a mi me resulta muy útil utilizar el método de la «entrevista al personaje» que descubrí en el libro La página escrita de Jordi Sierra i Fabra y que he completado a lo largo del tiempo con otros materiales, como el que el joven escritor y booktuber Javier Ruescas nos ofrece en un video sobre «Cómo crear personajes» de su canal de Youtube (os recomiendo que veáis su serie de videos con consejos para escritores noveles).

Este método incluye un cuestionario que le haremos a nuestros personajes en el momento en el que los estamos definiendo, una entrevista. Incluye preguntas como:

-Nombre (y apellidos, si hace falta).
-Descripción física.
-Profesión.
-Origen socio-cultural.
-¿Qué desea?
-¿Cuáles son los obstáculos que se encuentra en el camino?
-¿Cómo reacciona cuándo consigue su objetivo?
-Una anécdota que le haya marcado.
-Cómo fue su infancia.
-Cómo sería un amigo.
-Cómo sería un enemigo suyo.

Y así podemos hacer todas las preguntas que necesitemos en función del personaje y de la historia que estemos escribiendo.

Que sí, que hacer este trabajo previo es tiempo y dedicación, pero creedme si os digo que luego te ahorras mucho tiempo tratando de averiguar de qué forma reaccionará el personaje, cómo va a actuar o hacia dónde se dirige.

Os dejo aquí la lista de  preguntas-al-personaje que yo utilizo cómo orientación inicial (podéis descargarla). Esta es mi plantilla, pero podéis añadir o eliminar todos aquellos aspectos que, por las características de vuestra historia, os sean necesarios, adaptarla a vuestra medida. ¡Espero que os sea útil! Dejadme vuestros comentarios.

¡Feliz escritura y felices lecturas!